sábado, 20 de septiembre de 2008

SIN TÍTULO


Irremediable exactitud existe

Entre la luna y la oscuridad,

Que encausan serenamente

El río con un compañero pasivo,

Refrescante como el viento.

Comprensión exacta, realidad

Oscura, matan las causas de una

Montaña gravemente alzada

Sobre el sol. Lunático, enfermizo,

Triste brillo que confunden, mágicamente

El contraste de luz y noche absoluta.

Beneficio experto, poderío entrañable

Y pocas personas creativas, como

Un vínculo de secreto y siesta sucediendo

Así la histórica confusión de muerte y vida,

Pero, no existen tantos miedos como que

Sobre un cielo y una tierra, exista tan fugaz

Y lamentablemente, algo que escapa sobre

Todo lugar y maravillosa existencia. Como

Dos elementos contradicen su propia

Necesidad elemental; como el fuego y el

Agua que maduran cotidianamente borrando

Todo tipo de determinación surgida ilógicamente

De unos ojos y unas lágrimas, que nacen de la

Fragancia del amanecer, luego del desenfrenado

Choque de días y noches.

Y lo único que hace que se quiten máscaras

Es buscarse. Inescente lucha de alcanzarse

Y rodearse, de plantearse enemigos necesarios

De encuentros extraños y fracasos de plumas.

Vagan en una tierra, en un cielo, ciegan el poder y

Manifiestan sus propias crueldades como sino

Hubiera un principio y siempre se buscase el final.

Sin tener en cuenta la idea de compartir la misma

Fuerza creadora que alcanzará siempre su dolor,

Como sino ocurriera nunca las infinitas y amargas

Palabras, que sirven de un propósito que efectiva-

mente se borran, de un asentimiento donde en al-

gún momento partiría e incluso haría una luz con la

Terrible oscuridad hagan mucho más monótona una

Vida con mucha reciprocidad que el que nos ama co-

mo propio ser y el que amamos como mejor preparado.

Que una naturaleza más inteligente y sólo puede ser

Esclava de un retorno donde el motivo por el cual exista

Sólo sean vanas excusas de absoluta realidad.

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